«Todo mortal» fueron las dos últimas palabras que, según sus amigos allí presentes, pronunció Gustavo Adolfo Bécquer en su lecho de muerte, el 22 de diciembre de 1870, en Madrid. - Premio de Narrativa Mujer al Viento 2015
viernes, 30 de octubre de 2015
TODO MORTAL, la novela
¿Qué pasaría si supieras que alguien ha atravesado el país, desde Asturias a Sevilla, buscando la solución a una extraña dolencia? ¿Y si conocieras los misterios de personas que dicen ser quienes no son en realidad? ¿Qué ocurriría si te enteraras de los oscuros secretos que esconde el hombre al que amas? ¿Y si otras casas, y tu propia ciudad, también los guardaran?
Descúbrelo en esta novela de destinos que se cruzan, y sobre el valor de las palabras y los libros, que ganó el Primer Premio de Narrativa Mujer al Viento 2015 (Ayt. Torrejón de Ardoz, Madrid).
Poesía, superstición y ciencia en la Sevilla mágica del siglo XIX, con un adolescente Gustavo Adolfo Bécquer como testigo de excepción de toda una época desaparecida ya para siempre.
Publicada por la Editorial Playa de Ákaba (septiembre 2015).
viernes, 2 de octubre de 2015
EXTRACTO DE LA PRESENTACIÓN DEL 25 DE SEPTIEMBRE 2015
"Hoy es un día de esos que en los que hablar de una escritora
de Cuenca nos hará sentirnos a los lectores cómplices de ella. En este caso es
Ana Belén Rodríguez Patiño la que nos va a conducir por ese camino. Nacida en
Cuenca en 1970, enseguida marcha con su familia a Madrid, donde cursa sus
estudios, llegándose a doctorar en Historia Contemporánea por la Universidad
Complutense. Además de ensayista, poetisa y narradora de ficción, ha colaborado en prensa y libros especializados.
Ha escrito y dirigido documentales, así como varios cortometrajes de ficción.
Ha ganado certámenes de poesía y relato corto. (Precisamente, En el 2000 obtuvo
el “Joven y Brillante” de Castilla- La Mancha con su obra “Vida Propia”.) Ha guionizado y dirigido monólogos cómicos y obras de
teatro. Además de su serie ensayística sobre la Guerra Civil en Cuenca, tiene hasta
esta novela que hoy presenta publicadas
dos más: Donde acaban los mapas (Palabras de Agua 2013) y una juvenil, Gustavo
Adolfo y el misterio de los esqueletos andantes (Juno 2014).
Ana Belén, miembro de una familia de cinco hermanos, cuando
echa la vista atrás se ve a los cuatro años aprendiendo a leer de la mano de
uno de ellos y a los siete escribiendo su primera narración. También se ve
fisgoneando en las enciclopedias de la enorme biblioteca de su abuelo, en la
casa de Calderón de la Barca. Pero en su formación literaria fue determinante
una persona: su madre. Ella le inculcó la pasión por la lectura y la animó a
escribir; asimismo, de ella aprendió a ver la vida con sus propios ojos, sin
tener que recurrir a otros ajenos. Pero si bien, el ADN materno le transmitió
la vocación literaria, a profundizar en la percepción de todo lo que le
rodea, cualidad imprescindible para
escribir, influyeron, tanto la
fotografía y el cine, como sus largas jornadas como “rata de sacristía”
indagando en archivos históricos. Su escritura es fruto de la enorme disciplina
que se autoimpone a la hora de conseguir un buen resultado: el mejor texto para
el lector más exigente. Y en ningún caso es complaciente con la molicie, ni con
algo que perjudique el rigor ni la profundidad de la narración.
En “Todo mortal”,
galardonada con el premio “Mujeres al viento”, de Torrejón de Ardoz, y en
definitiva la obra que hoy nos ha convocado, sin llegar a ser una novela
histórica, por su contexto puede decirse que en ella late una página de la
sociedad romántica de mediados de nuestro siglo XIX. Así, nos encontramos en 1853 en la España de Isabel II que,
a pesar de intentar subirse al carro de la Revolución Industrial con la máquina
de vapor, el globo aerostático y el ferrocarril, sigue siendo eminentemente
rural con toda la carga de costumbres ancestrales que todo ello lleva consigo.
En esta historia de amores al uso, la autora elige tres
lugares (los espacios son fundamentales en sus novelas): Luanco, Sevilla y
París ayudan ciertamente a sintonizar con el lector. Es, según el jurado, una
novela de alta calidad literaria en la que predomina su coherencia narrativa. Y
yo añadiría: una obra imaginativa, intrincada, con una lectura que se hace, más
que rápida, electrizante, en la que se explora la naturaleza humana y el poder
contradictorio de la mente, en definitiva, una pieza llena de lirismo en la que
la trama y el lenguaje se hallan equilibrados.
Finalmente, marquemos, amigos lectores, en la pizarra de
nuestra mente un verbo: ilusionar. Y un poco más abajo una frase: disfrutar
escribiendo. Ahora, busquemos un autor que reúna ambas cosas. Y veréis que cuando
leáis “Todo mortal”… Enseguida os saldrá Ana Belén Rodríguez Patiño".
Letras
Mágicas (Biblioteca Pública Fermín Caballero, Cuenca)
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